Capítulo H.- Fanny Enfrenta a la Muerte.

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Había un reloj arriba de la puerta de gerencia que marcaba las 6:15. Fanny estaba dispuesta a hablar con el gerente de la empresa de cáterin que contrataba la constructora donde ella trabajaba. Así que, resuelta, ingresó a la oficina.

A pesar de que el edificio de la empresa era muy grande, la oficina de gerencia era pequeña, casi sin iluminación, solo un foco de luz tenue alumbraba. El gerente era un hombre corpulento, gordo, más bien alto, de terno y camisa negros.

Le pidió a Fanny que tomara asiento mientras le daba la mano cuyo color blanco contrastaba con el morado, casi azul de su rostro. “Cuénteme, ¿En qué le puedo servir?” preguntó el gerente, mientras Fanny todavía repasaba en su mente lo que iba a reclamar. 

Sin reparos, ella le explicó que por padecer varias enfermedades necesitaba bajar de peso y que la comida procesada que le daba la empresa no le ayudaba. ”Es muy extraño lo que usted me dice, porque toda la comida que usamos es muy saludable” dijo el gerente.

Y continuó, “de hecho todos los alimentos que usamos tienen marca –Saludable para el Corazón-“. Fanny sabiendo que la estaba engañando replicó con sarcasmo “Si claro, supongo que el jugo de uvas y las gaseosas son especialmente buenas”.

“Nuestros alimentos son muy saludables” insistió el gerente y añadió “pero, obviamente si se exceden con las calorías, subirán de peso”. “No me hace sentido que 100 calorías de brócoli me engorden igual que 100 calorías de pastelillos azucarados” comentó Fanny.

Y añadió “En la comida, siempre es poca ensalada y nunca fruta, por eso todos suben de peso cuando empiezan a trabajar en la constructora”. Rápidamente replicó el gerente “siempre en la administración es poca la actividad física, por eso engordan.”

Fanny explicó que no era cierto, que entre los trabajadores de la construcción era incluso más evidente la gordura. “Pero no es por los alimentos, simplemente es comida deliciosa, por eso  a la gente le encanta, y pienso que se exceden en la cantidad” se defendió así el gerente.

Y continuó “Creo que usted piensa que yo los quiero intoxicar, pero no es así. Sabe, tuve una infancia muy pobre. Y con pocos recursos aprendí a preparar buena comida. Esa siempre fue mi pasión, por eso estudié ingeniería de alimentos y después me doctoré”.

Mientras con un ademán mostraba con orgullo su título de doctorado, proseguía diciendo “Mi disertación trata sobre varias formas para mejorar el sabor de los alimentos. Mi objetivo es hacer un buen trabajo, si eso es un crimen, entonces soy culpable”.  

El seguía hablando, cuando de pronto Fanny sintió desvanecer y cayó rendida de la silla al suelo como si el cuerpo ya no le perteneciera. El gerente atónito, viendo como Fanny perdió la conciencia, gritó “Secretaria llame a una ambulancia”.

Afuera de la oficina Lorena, Jorgito y la secretaria, casi al unísono, exaltados gritaron “¿Qué pasó?” La secretaria abrió la puerta de la oficina mientras Jorgito y Lorena la seguían. El gerente exclamó muy preocupado “llame rápido a una ambulancia, no sé qué le pasó”.

Mientras la secretaria se dispuso a hacer la llamada, Jorgito entró (junto con Lorena), y apretando ligeramente el hombro de Fanny exclamó “¡Despierta, despierta! Fanny no respondía así que Jorgito dijo acongojado “¡Despierta, no quiero que mueras! 

Pasaron un par de minutos, de ansiedad y desconsuelo, cuando en eso llegaron dos paramédicos con una camilla “¿Qué le pasó a la señora?” preguntó uno de ellos mientras alistaban a Fanny para subirle a la camilla. El gerente contestó que de pronto se desmayó.

“¿Cómo está, sobrevivirá?” preguntó Jorgito. Uno de los paramédicos contestó que Fanny tenía el pulso muy débil y necesitaban trasladarla al hospital, si no moriría. El otro paramédico en cambio pidió que alguno de ellos acompañe a Fanny en la ambulancia, Lorena se ofreció.

Ya en la ambulancia con Lorena adelante y Fanny atrás conectada a un monitor, iban rumbo al hospital (que lastimosamente no estaba cerca). Lorena iba un poco aturdida y empezó a notar que algo no estaba bien atrás de la ambulancia con Fanny, el paramédico se empezó a movilizar.

Volteó para ver lo que sucedía y por un pequeño espacio logró ver que Fanny recibía descargas eléctricas desde unos electrodos que manipulaba el paramédico.  Fue aterrador para Lorena, hasta que llegaron al hospital no podía asegurar que Fanny seguía viva.

Cuando arribaron, con alivio observó que (aunque demacrada en la camilla) la bajaban de la ambulancia con vida, además ya estaban sus familiares. El esposo de Fanny, sus dos hijos, Jorgito y Lorena pasaron varias horas en las bancas del hospital esperando noticias.

Al final, fue el cardiólogo de Fanny, el doctor López quien salió a dar noticias sobre su estado. Como siempre, con resultados de exámenes en sus manos anunció “Buenas noches, el estado de la señora Baquero es estable en unos minutos la subiremos a hospitalización”.

Patricio intervino diciendo que Fanny tomaba toda la medicación y cumplía la dieta con disciplina y por eso le sorprendía ese evento infortunado. El doctor López respondió “Sin duda Fanny es disciplinada, eso evitó una catástrofe”.

FIN DEL CAPÍTULO

Fanny sabía que la comida del cáterin no era  saludable, sin embargo, incluso el jugo de uvas, con un montón de azúcar, tenía un sello –SALUDABLE PARA EL CORAZÓN- . ¿Por qué comida con tanta azúcar lleva este sello? Lo explicamos en el tema 11.

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A Fanny le llamó la atención lo que dijo el gerente acerca de que él aprendió a preparar comida deliciosa con pocos recursos. ¿Es posible que la comida más barata sea la que más engorda? Lo explicamos en el tema 12.

pobreza y obesidad

Por otro lado, a Fanny le sorprendía algo. Si el azúcar y las harinas procesadas son los alimentos que más engordan, ¿Por qué niños recién nacidos que no comen ni azúcar ni harinas procesadas tienen obesidad? Esto lo explicamos en el tema 13.

obesidad hereditaria

También puedes continuar con la historia de Fanny en el siguiente enlace:

el azúcar causa obesidad


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