Una Breve Introducción al Ayuno Intermitente.
Esta es la introducción a una serie de publicaciones sobre
el ayuno intermitente, sus beneficios y la forma de realizarlo. Decidimos publicar
sobre este tema porque –actualmente- se conoce que ayunar es un método efectivo
para bajar de peso y es seguro para la salud.
La obesidad es una enfermedad que afecta a millones de
personas y se asocia a muchas enfermedades. Así que, si ayunar es un buen
método para adelgazar, también puede –incluso-revertir o –al menos- prevenir
estas enfermedades.
De hecho, actualmente sabemos que la obesidad puede causar
hipertensión, diabetes, colesterol alto, infartos, artritis, ovario
políquístico, etc. (*1) Y según algunas investigaciones, ayunar puede ayudarnos
a bajar hasta 900 gramos diarios de peso. (*2)
Actualmente, sabemos que los alimentos que más suben de peso
son los carbohidratos procesados como el azúcar o los preparados con harina blanca. Esto sucede porque estos
carbohidratos elevan mucho los niveles de glucosa de la sangre y también los de
insulina.
La insulina es una hormona que lleva el exceso de glucosa
fuera de la sangre hacia el hígado –donde se almacenará para usos futuros- o
hacia el tejido adiposo –donde se almacenará como grasa- y así engordamos.
Sin embargo cuando comemos grasas y proteínas también podemos
engordar. Esto a pesar de que las grasas y las proteínas elevan poco los
niveles de glucosa de la sangre. Sin embargo, las grasas y las proteínas
también elevan los niveles de insulina de la sangre, por eso también pueden
engordarnos. (*3)
Así que, como todos los alimentos (incluidos grasas,
proteínas y carbohidratos) engordan, tiene sentido que no comer puede ayudarnos
a bajar de peso. En una palabra, la solución para adelgazar es ayunar.
Esto no quiere decir que para bajar de peso debemos pasar
días o semanas enteras sin comer. En cambio, el ayuno intermitente
–simplemente- trata de regular la frecuencia con la que comemos para bajar de
peso efectivamente.
Esto es muy importante porque el peso de una persona depende –no sólo-
del tipo y la cantidad de comida, sino –sobre todo- de la frecuencia con la que
come.
De hecho, hay estudios que concluyen que para desarrollar
obesidad, la frecuencia con la que comemos es más importante que el tipo de
alimentos que ingerimos. (*4)
Por ejemplo, en los años sesenta la gente ya comía galletas
Oreo, KitKats, pan blanco y pasta (fideos y tallarines) sin embargo la obesidad
no era un problema importante porque las personas no comían con tanta
frecuencia –como hoy en día- lo que pudo ayudarles a ser delgados.
De hecho, una
encuesta estadounidense concluyó que en 1977 las personas comían (en promedio)
solo 3 veces al día, mientras que en 2003, esa cantidad ascendía a 5 o 6 veces
(*5). Sin embargo en los años 60 y 70 todavía no era frecuente la obesidad.
Es así que,
cuando hablamos del ayuno intermitente para bajar de peso, no necesariamente
nos referimos a pasar días o semanas enteras sin comer nada en absoluto,
simplemente hablamos de regular la frecuencia con la que comemos para poder
adelgazar.
Por ejemplo, el simple hecho de no comer desde
las 8 de la noche hasta las 8 de la
mañana del día siguiente, ya conlleva un ayuno de 12 horas. Algo tan sencillo
como esto nos puede ayudar a bajar de peso, recuperar la salud y no implica
grandes cambios en nuestra vida.
Esto no
significa que otros regímenes de ayuno más largos no sean convenientes, también
son válidos y los trataremos. Lastimosamente hay mitos que desprestigian al
ayuno y, aunque no tienen sustento científico, nos asustan y evitan que
probemos este enfoque.
Por eso en
esta serie de publicaciones trataremos
no solo sobre los distintos tipos de ayunos (cortos, intermitentes y
prolongados) sino también rebatiremos los falsos mitos que desprestigian al
ayuno.
Sin embargo,
no es nuestro interés convencer a los lectores de que el ayuno es la “panacea”
(sin duda no lo es) porque el peso de una personas también depende del tipo de
comida que consume (por lo que aconsejamos una dieta baja en carbohidratos
procesados).
Tampoco es
nuestro interés insinuar o convencer –de alguna manera- de que el ayuno es
excesivamente sencillo. De hecho, uno de nuestros objetivos es dar los consejos
necesarios para que una persona pueda ayunar sin demasiadas dificultades.
Como muchas
cosas en la vida, sobre todo al inicio, ayunar puede ser complicado, sin
embargo no debe ser físicamente doloroso y hay estrategias que podemos seguir
(y las trataremos a fondo) para controlar el apetito y otros malestares que
pueden haber cuando ayunamos.
Es así, que
esta serie de publicaciones son una guía práctica para las personas que quieran
saber cómo ayunar para bajar de peso y
recuperar su salud. Esperamos que nuestros lectores disfruten de estas
publicaciones tanto como nosotros disfrutamos escribiéndolas.
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