Tema 18.- El Miedo a las Grasas - Primera Parte
A veces pensamos que las grasas engordan. Creemos eso porque sabemos que tienen un gran contenido de calorías. Sin embargo, ahora conocemos que las grasas casi no engordan porque la obesidad no es causada por exceso de calorías sino por mucha insulina.
La insulina
es una hormona que controla y aumenta las reservas de grasa del cuerpo. Esta
hormona se produce sobre todo cuando comemos carbohidratos y también cuando
comemos proteínas. Sin embargo, cuando comemos grasas, la insulina aumenta muy
poco.
De hecho, hay
estudios que concluyen que ingerir grasas reduce los picos de insulina cuando
se las come junto con carbohidratos y proteínas (*1). Así pues, en cualquier
caso, podemos esperar que las grasas nos protejan contra la obesidad.
Y es lo que
muestran las investigaciones. Una revisión de todos los estudios sobre los
lácteos ricos en grasas revela que la obesidad no está relacionada con
estas(*2). Sin embargo, la mayor evidencia de que las grasas no engordan es una investigación con casi 50.000 mujeres
(*3).
En esta
investigación a las participantes se las dividió en dos grupos, uno que siguió
una dieta baja en grasas y otro que siguió una dieta convencional. A lo largo
de 7 años, el grupo que siguió la dieta baja en grasas (y calorías) no mostró
beneficios en cuanto a la pérdida de peso.
Las pruebas
son concluyentes, no existe vínculo entre la grasa alimentaria y la obesidad.
La principal preocupación con respecto a las grasas era su relación con las
enfermedades del corazón. Sin embargo, ahora sabemos que varios tipos de grasas
son, en realidad, saludables.
Por ejemplo,
hay estudios que concluyen que las grasas saturadas (las de animales como el
cerdo) no causan infartos de corazón (*4)(*5), y de hecho, protegen contra
derrames cerebrales (*6) igual que los aceites monoinsaturados (como el aceite
de oliva) (*7).
Pero las
grasas poliinsaturadas (como los aceites vegetales de soya, maíz, etc) no son beneficiosas.
Y peor, los datos recopilados a lo largo de 20 años por el estudio Framingham
revelaron que las grasas trans (como la margarina) están relacionadas con
ataques de corazón(*8)(*9).
Sin embargo
no siempre se supo que las grasas saturadas (animales) y monoinsaturadas (como
el aceite de oliva) eran saludables. En los años 70 se creía que las grasas
saturadas causaban enfermedades de corazón. Por esto se produjo un conflicto cognitivo:
Los carbohidratos refinados eran buenos porque no tenían grasas pero malos porque engordaban. Era un dilema que se solucionó en 1977 cuando las autoridades nutricionales decidieron (sin sustento científico) que los carbohidratos ya no engordaban.
En su lugar,
las calorías eran las culpables de la obesidad y como las grasas tienen una
gran densidad calórica cargaron con toda la culpa. Sin embargo, no había ningún
dato que apoyara que las grasas engordan.
Pero, ¿Por
qué se creía (de manera errónea) que las grasas saturadas causaban enfermedades
del corazón?
Eso veremos en la Segunda Parte de este Tema.
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