Tema 6.- La Teoría Hormonal de la Obesidad.
Actualmente sabemos que la obesidad no es un problema de calorías. Estudios al respecto han mostrado que el peso está controlado por mecanismos hormonales y cerebrales. Pero ¿Qué hormona puede ser la que regula el peso y causa obesidad?
Engordamos cuando nuestro cerebro ordena que las calorías ingeridas se usen para aumentar las reservas de grasa.
Esto reducirá
la energía para las demás funciones del organismo (el latido del corazón, la
temperatura, la digestión, etc). Entonces aumentará el hambre como una forma
del cuerpo para defenderse.
Podemos controlar por un corto tiempo el apetito y adelgazar, pero esto solo hará que el cuerpo use menos calorías para sus funciones. El hambre y un metabolismo lento harán que recuperemos nuestro peso original o de referencia, el cual probablemente está regulado por la insulina. Por ser esta una hormona de almacenamiento, podemos sospechar que es la encargada de regular las reservas de grasa y el peso de referencia. De hecho se ha documentado que los obesos tienen mayores niveles de insulina en ayunas y también después de comer alimentos (*1).
La insulina, al igual que otras hormonas, es una especie de mensajero. Producida en el páncreas, llega por la circulación a todas las células del cuerpo para que la glucosa pueda ingresar y ser usada como fuente de energía. Haciendo una analogía, la insulina es como una llave, que encaja en una cerradura y abre una puerta para que pueda entrar glucosa.
Después de comer carbohidratos, la glucosa suele aumentar en sangre más de lo necesario. La insulina lleva este exceso fuera de la circulación almacenando glucosa en el hígado para usos futuros. Lo malo es que el hígado almacena de forma limitada.
Cuando el hígado está lleno, el cuerpo empieza a almacenar glucosa en forma de grasa. Esta puede acumularse alrededor de los órganos como grasa visceral o debajo de la piel como grasa subcutánea.
Sin embargo
durante un ayuno corto se produce el efecto contrario. La glucosa empieza a
bajar en sangre y esto reduce los niveles de insulina. Niveles bajos de esta
hormona estimulan al hígado para que libere sus reservas.
En cambio
durante un ayuno prolongado se liberará glucosa a partir de las reservas de
grasa. Es decir, la grasa se quema para liberar energía que está en forma de
glucosa. Todo esto se produce por los
bajos niveles de insulina.
Sin embargo esta hormona no solo almacena glucosa sino que, en última instancia, se encarga de informarle al hipotálamo cuanta grasa hay en el cuerpo. De esta manera nuestro cerebro puede enviar señales hormonales para aumentar el apetito y también para reducir el metabolismo.
Puesto que la
obesidad es un problema hormonal, comer menos o quemar más calorías afecta poco
al peso. Por un tiempo podremos adelgazar pero volveremos a engordar porque el
peso de referencia regulado por la insulina sigue ajustado demasiado alto.
Pero, ¿Hay
evidencia de que la insulina sea la encargada de regular las reservas de grasa,
el peso de referencia y causar obesidad? Eso es lo que explicaremos en el
siguiente tema.
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