Tema 3.- El error de la reducción calórica.
Los carbohidratos, las grasas y las proteínas son alimentos
calóricos. Las calorías contienen energía que usa el cuerpo para sus funciones.
Estas funciones son: el movimiento de los músculos, el latido del corazón, la
temperatura, la presión arterial, la digestión, la generación de pelo y uñas,
etc.
A simple vista la solución para bajar de peso y quemar grasa podría ser comer menos,
bajar las calorías que entran.
El problema es que las calorías que ingresan determinan
también la cantidad de calorías que nuestro cuerpo usa para sus funciones. Si
ingerimos menos calorías, nuestro cuerpo las usará menos, no se tomará de las
reservas de grasa y no adelgazaremos. ¿Hay evidencia de esto? SI.
Durante la Segunda Guerra Mundial las personas fueron
azotadas por el hambre, sin embargo no se conocía el efecto del poco consumo de
comida. Para entenderlo, en 1945 se realizó el denominado “Experimento del
hambre Minnesota”. A 36 voluntarios se
les redujo en un 40% el consumo diario
de calorías durante 6 meses. (*)
El resultado fue que sus cuerpos bajaron el uso de calorías
en un 40%. El organismo logra esto adaptándose a una nueva realidad. Todas las
funciones se volvieron más lentas para consumir menos energía. Es decir el
metabolismo se volvió lento. Bajó la presión arterial, disminuyeron los latidos
del corazón, bajó la temperatura, se cayó el pelo, las uñas se volvieron
débiles, disminuyó la fuerza y resistencia muscular, etc.
Pero un metabolismo lento es solo el inicio del problema. Ingerir
menos calorías aumentará el deseo de comer. Aunque a veces pensamos que tenemos
un control consciente de lo que comemos, esto no es así. El hambre tiene un
mecanismo hormonal y cerebral que no podemos controlar de manera voluntaria.
A nivel cerebral, ingerir menos calorías vuelve difícil
resistirse a la comida. Esto se demostró por estudios de resonancia magnética. Estos
mostraron que áreas de la corteza prefrontal del cerebro relacionadas con la
contención de comida reducen su actividad.
Esto se evidenció en un estudio publicado en 2006, el
estudio dietético más importante hasta la fecha, llevado a cabo en cerca de 50000 mujeres. (***)
Durante 7 años las participantes del grupo de estudio lograron disminuir la
ingesta de calorías diarias y la cantidad de grasas. Al final de los siete años
a pesar de comer menos calorías y grasas no bajaron ni un solo kilo.
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