¿Quién no Debería Ayunar?
A pesar de que él ayuno es muy saludable, hay personas que
no deberían practicarlo (en absoluto) y otras personas podrían ayunar tomando
precauciones o con supervisión médica porque hay circunstancias en las que
ayunar es peligroso o puede causar daños.
De esta manera, es cierto que el ayuno no es para todas las
personas. Esto no significa que para ayunar se necesite algún tipo de talento
especial en él cuerpo.
Que el ayuno no es para todas las personas significa que hay
temporadas en la vida o enfermedades en las que ayunar puede causar daños.
(Y ningún profesional de la salud
responsable aprobaría que una persona ayune en estos casos).
De hecho, antes de ayunar, deberían consultar con su médico,
las personas que padecen de gota, diabetes, reflujo gastroesofágico y toman
ciertos fármacos. Esto no significa, que estas personas no deban ayunar en
absoluto, pero deben tomar ciertas precauciones cuando lo hacen
En cambio, no deberían ayunar (de ninguna manera) las
personas con desnutrición o peso muy bajo, los niños menores de 18 años y las
mujeres embarazadas y en período de lactancia. Las razones por las que se debe
evitar el ayuno, en estos casos, parecen de sentido común. Pero las
explicaremos.
Normalmente cuando una persona con peso adecuado o exceso de
peso, ayuna (o no come), su cuerpo quema la grasa almacenada para obtener energía.
Sin embargo, las personas con menos del 4% de grasa corporal
no deben ayunar porque con tan pocas reservas de grasa, el cuerpo optará por
obtener energía a partir de los músculos (degradándolos), lo cual no es
saludable.
Para tener una idea, un maratonista -siendo muy delgado-
tiene un 8% de grasa corporal. Y las personas de peso normal suelen tener –en
promedio- entre un 35% (en mujeres) y un 25% (en hombres) de grasa corporal.
Sin embargo las personas obesas suelen tener un porcentaje más alto de grasa.
En este sentido, un problema al que nos podríamos enfrentar
es que suele ser difícil determinar el
porcentaje de grasa corporal. Por eso es más práctico usar el índice de masa
corporal (IMC) que divide el peso en kilos sobre la estatura en metros al
cuadrado de una persona.
Y es bastante
aceptado que un peso muy bajo se define como un índice de masa corporal menor
de 18,5. Aunque por lo general no aconsejamos ningún método de ayuno teniendo
un índice de masa corporal menor de 20 porque esto podría traer complicaciones.
Tampoco deberían ayunar los niños menores de 18 años porque
durante esta etapa de la vida, una persona tiene requerimientos nutricionales
mayores. Aunque es cierto que, en adultos, el ayuno no conlleva ningún riesgo,
esto no es igual para niños menores de 18 años.
Puesto que en esta edad se necesitan muchísimos nutrientes
para el crecimiento y desarrollo de órganos y tejidos, principalmente el
cerebro. Y restringir nutrientes durante el ayuno, puede retrasar el
crecimiento y desarrollo de estos.
Esto no quiere decir que un niño menor de 18 años esté en
peligro si se salta ocasionalmente una comida. Sin embargo a esta edad –de
ninguna manera- se deberían intentar ayunos de más de veinticuatro horas.
En este punto cabe señalar que a veces se piensa
erróneamente que el ayuno puede causar anorexia nerviosa. Esta es una
enfermedad psiquiátrica en la que un paciente se percibe con exceso de peso
aunque, en realidad, puede estar muy por debajo de su peso normal.
Sin embargo, esta es una enfermedad psicológica, no una
enfermedad que se produce por no comer. No comer es el síntoma no la causa. Por
eso, el tratamiento habitual para la anorexia es la comida; y por eso el ayuno
debe evitarse por completo en pacientes con anorexia.
Adicionalmente, las mujeres embarazadas tampoco deben ayunar
porque durante este período hay necesidades adicionales de nutrientes para que
el feto se desarrolle normalmente. Por eso las mujeres embarazadas generalmente
toman vitaminas.
Es común, por ejemplo, que tomen ácido fólico porque su
deficiencia puede traer defectos neuronales para el feto (por ejemplo espina
bífida). Así que ayunar durante el embarazo no es una buena idea porque se
restringen los nutrientes extras que necesita una mujer en este período.
A pesar de esto, la buena noticia es que el embarazo dura
sólo 9 meses y no hay ninguna necesidad de ayunar precisamente durante este
período. Así que podríamos dejar el ayuno para un momento más oportuno.
Claro que este momento no deberá ser inmediatamente después
del embarazo porque durante la lactancia tampoco es bueno ayunar pues el recién
nacido recibe los nutrientes que necesita por medio de la leche materna.
La situación es que esta leche necesita muchos nutrientes para producirse de forma
óptima y ser de buena calidad. El problema es que durante el ayuno, la madre no
recibirá estos nutrientes extras necesarios, lo que puede disminuir la calidad y/o cantidad de la leche.
Esto puede perjudicar el crecimiento y desarrollo del recién
nacido. Lo bueno es que el tiempo de lactancia se limita a varios meses, no a
años. Por lo que después de la lactancia, habrá tiempo suficiente para ayunar
sin peligro de dañar al bebé.
En este punto es
importante señalar que, aunque, es cierto que las mujeres embarazadas y en
período de lactancia no deben ayunar, esto no significa que el ayuno sea malo o
no tenga beneficios para las mujeres en relación con los hombres.
De hecho, todos los estudios al respecto demuestran que las
mujeres que ayunan tienen los mismos beneficios que los hombres. Además, es
cierto que las mujeres pueden presentar cierta dificultad para ayunar, pero es
la misma dificultad que también presentan los hombres.
También a veces, les preocupa a las mujeres que el ayuno cause
desajustes en las hormonas reproductivas. Sin embargo, estos problemas hormonales (como
pérdida de menstruación e infertilidad), se producen cuando hay reservas de
grasa corporal menores del 4%.
De hecho, los estudios demuestran que las mujeres con peso
normal que ayunan, no presentan ningún problema con sus hormonas reproductivas, sus
ciclos menstruales o de fertilidad. Sin embargo mujeres (y hombres) con menos
del 4% de grasa corporal no deben ayunar.
Adicionalmente hay enfermedades y situaciones o condiciones
médicas en las que una persona debería consultar con un médico antes de iniciar
un ayuno. Una de estas enfermedades es la diabetes (tipo 1 y 2).
El problema es que las personas diabéticas tienen exceso de
azúcar en la sangre y para tratar este problema usan fármacos que disminuyen la
glucosa de la sangre. La situación es que el ayuno también disminuye la glucosa
sanguínea.
Así que, si una persona diabética usa medicación para la
diabetes y además ayuna, puede potencializarse el efecto y disminuir demasiado
la glucosa de la sangre. Este problema se conoce como hipoglicemia y transcurre
con varios síntomas.
Estos pueden ser
temblores, sudores, mareos, náuseas, confusión, nerviosismo,
convulsiones, etc. La hipoglicemia puede ser incluso mortal. Por eso un médico
debe ajustar la dosis de la medicación antidiabética antes de que un paciente
inicie un plan nutricional (o un ayuno).
Otra condición, que hay que tomar en cuenta antes de empezar
a ayunar, es la enfermedad de reflujo gastroesofágico comúnmente conocida como
acidez gástrica. En esta enfermedad, los ácidos del estómago suben hacia el
esófago lacerando los sensibles tejidos de este.
En las personas obesas esta enfermedad es muy frecuente pues
el exceso de grasa abdominal puede presionar el estómago empujando los ácidos
gástricos hacia el esófago. Esto podría empeorar con el ayuno pues no hay
comida que absorba los ácidos en el estómago.
Sin embargo, podemos realizar algunas acciones que pueden
disminuir la acidez gástrica como evitar la cafeína y los alimentos ácidos.
También pueden ayudar algunos medicamentos contra la acidez que se venden sin
receta médica como las soluciones de bismuto.
Adicionalmente, modificar el régimen de ayuno puede
ayudarnos a disminuir la acidez gástrica. Por ejemplo, a lo largo del día de
ayuno podríamos comer un puñado de hojas verdes en intervalos regulares. Esto
conserva la mayoría de beneficios de un ayuno clásico.
Sin embargo, si nada de esto funciona, es necesario acudir
al médico para que te recete otros medicamentos más fuertes para disminuir la
acidez gástrica. Aunque en algunos casos, el ayuno disminuye esta acidez porque
no comer disminuye los ácidos estomacales.
También las personas que padecen gota deben tener cuidado cuando ayunan. La
gota es una inflamación de las articulaciones causada porque acumularon
cristales de ácido úrico. El problema es que durante el ayuno, se elimina menos
ácido úrico por la orina.
Así que en algunos casos pueden aumentar los cristales de
esta sustancia en las articulaciones y empeora la gota.
Sin embargo, la mayor parte de pacientes con esta enfermedad
toleran el ayuno sin problemas. No obstante, si padeces gota, es importante
hablar con un médico antes de empezar a ayunar.
Adicionalmente hay que señalar que si tomas cualquier
medicación de forma habitual, debes hablar con un médico antes de empezar a
ayunar. Los fármacos que causan problemas con mayor frecuencia son la aspirina,
los suplementos de hierro y de magnesio.
La aspirina usan como “anticoagulante” las personas con
enfermedades cardiovasculares. Lastimosamente este medicamento puede irritar el
revestimiento del estómago y causar úlceras. El problema es que sin comida en
el estómago aumenta el riesgo de tener estos problemas.
Los suplementos de hierro generalmente usan las personas con
bajos recuentos de glóbulos rojos. Esto se produce por pérdidas recurrentes de
sangre como en el caso de mujeres que tienen menstruaciones muy fuertes y por
eso pierden hierro.
El problema es que los suplementos de hierro, suelen causar
estreñimiento y dolor abdominal, que pueden empeorar durante el ayuno. Además
los suplementos de Magnesio, que toman las personas para tratar calambres y
migrañas, suelen causar diarrea.
Esto sucede porque los suplementos de magnesio no se
absorben bien en el intestino y suelen tomarse con comida para reducir este síntoma.
Por lo que puede ser un problema ayunar mientras se toman estos suplementos.
Es así que no todas las personas deberían ayunar. Esto es
especialmente importante en el caso de mujeres embarazadas y período de lactancia,
niños menores de 18 años y personas con desnutrición. Además hay personas que
deberían consultar con un médico antes de ayunar.
Esto es muy importante sobre todo en personas diabéticas,
con gota, reflujo gastroesofágico y si toman algún medicamento de forma
habitual.
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